Producer/Host: Kathleen March
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This is Kathleen March with WERU’s US-El Salvador Report. This week we discuss the recent increase in violence in El Salvador. The report has been prepared in collaboration with Radio Sumpul and US-El Salvador Sister Cities.
En un artículo reciente de Edgardo Ayala y Claudia Marroquín, publicado en español en Los Ángeles, leemos que cuando el 1 de junio Sánchez Cerén ocupe la Presidencia de El Salvador, encontrará deteriorada la tregua entre las pandillas que gestionó el gobierno de Funes. El pacto está en un momento crítico desde su comienzo en 2012. “En la medida en que se debilita el diálogo, aumenta la violencia, y las nuevas autoridades tendrán que tomar la decisión de que el proceso de paz entre pandillas continúe”, dijo uno de los dos mediadores de la tregua, Raúl Mijango. Sánchez Cerén no ha comentado el aumento de violencia ciudadana. Vicepresidente del gobierno de Mauricio Funes, durante la campaña electoral, dijo que enfrentaría el problema con represión y prevención.
Hasta la llegada de Funes, en 2009, la estrategia contra la delincuencia fue de dureza, bajo Arena. El nuevo gobierno tiene que reducir los homicidios: este año hay campaña electoral para alcaldes y diputados de 2015 – el número de crímenes perjudica los candidatos del FMLN. La Mara Salvatrucha y el Barrio 18, las principales pandillas, pactaron en 2012 cesar las agresiones. El gobierno aceptó trasladar a prisiones menos restrictivas a sus líderes. El promedio de 14 asesinatos diarios bajó a 5.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito dice que durante 2012, los homicidios bajaron a 41 por cada 100.000 habitantes contra los casi 70 por cada 100.000 en 2011. Desde febrero, la criminalidad ha aumentado a diez asesinatos diarios. Más del 50 por ciento de los homicidios en El Salvador son cometidos por pandillas; el 35 por ciento son pandilleros. Hay 60.000 pandilleros en el país de 6,2 millones de habitantes. Según Mijango, la crisis comenzó cuando el Ministerio de Justicia, durante la campaña electoral, cambió el papel de “facilitador” del gobierno en el que los pandilleros presos tenían comunicación con sus seguidores. Aumentó los operativos policiales contra las pandillas, causando enfrentamientos por querer mostrar dureza por razones electorales.
El gobierno saliente argumenta que aumentaron los crímenes debido al conflicto entre el Barrio 18, los Sureños y los Revolucionarios, en una lucha por control territorial. Según Funes la tregua estaba casi rota; Ricardo Perdomo, ministro de Justicia y Seguridad, dijo que las pandillas ahora tienen fusiles y otras armas. Los agentes policiales han salido mal en los enfrentamientos. En abril, en Quezaltepeque, departamento de La Libertad, un policía murió y tres resultaron heridos. Las pandillas niegan que el pacto haya muerto o existan peleas. “Pese a los ataques que ha recibido, la tregua aún se mantiene”, dice un comunicado del 29 de abril firmado por los líderes de la Mara Salvatrucha (MS), por las dos facciones del Barrio 18, y por las pandillas Mao Mao, La Máquina y Miradas Locas 13. El comunicado fue leído en una conferencia clandestina en San Salvador. Participaron un portavoz nacional de la MS, uno de los Sureños y otro de los Revolucionarios, del Barrio 18. “¿Vos crees que si estuviéramos en guerra las dos facciones, estaríamos ahorita juntos?”, cuestionó el de los Sureños.
Los portavoces saben que la tregua no es perfecta; hay células que no admiten lo dictado por los dirigentes y no niegan ni confirman que pandilleros hayan atacado a los policías en Quezaltepeque. Aceptaron que hay un conflicto con los Revolucionarios en Zacatecoluca, departamento de La Paz, pero la disputa local no explica el aumento de muertos a nivel nacional. “Nosotros mantenemos el compromiso con la sociedad”, señaló el vocero de la MS.
El sacerdote Antonio Rodríguez ha trabajado en la reinserción de pandilleros en el municipio de Mejicanos, barrio de San Salvador. Dijo que el comunicado no representa a la dirección nacional de las pandillas. “Los Sureños están molestos con ese pronunciamiento porque no es representativo”, señaló. Ahora, debe relanzar el proceso de pacificación entre ellos; también participan el obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez y representantes de iglesias evangélicas y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. “Es un pacto de la sociedad civil, no entre pandillas”, dijo Rodríguez. En la conferencia clandestina, los dirigentes de las pandillas insistieron: “Se habla de la existencia de dos procesos de pacificación. Nosotros solo reconocemos uno, el iniciado en marzo de 2012”.
This has been Kathleen March with WERU’s US-El Salvador Report. This week’s topic was the increased violence in El Salvador. The report was prepared in collaboration with Radio Sumpul and US-El Salvador Sister Cities.