Producer/Host: Kathleen March, University of Maine
Transcript:
This is Kathleen March with WERU’s US-EL Salvador Report. This week’s report is on the dollarization of Salvadoran currency. The report was prepared by the University of Maine in collaboration with Radio Sumpul in El Salvador and US-EL Salvador Sister Cities.
En un estudio sobre los efectos de la dolarización, el Fondo Monetario Internacional señaló esta semana la estabilidad que resultó de la modificación del sistema cambiario del país y apoyó la decisión del gobierno de mantenerlo. Sin embargo, el informe anota que no todo resultó como se esperaba con la aprobación de la Ley de Integración Monetaria, inicio de la dolarización de la economía, en 2001. La dolarización fue apresurada, dice el presidente del Banco Central de Reserva, BCR. Las reservas del país no eran suficientes para respaldar la transición y aún se deben $400 millones por la dolarización, aunque en el período post-dolarización la economía se volvió menos volátil, dijo Jordi Prat, economista del Departamento del Hemisferio Occidental.
Un argumento a favor de la dolarización fue que, al bajar los intereses, la inversión y las exportaciones aumentarían, estimulando el crecimiento económico. Según el FMI, las tasas de interés bajaron, pero la economía creció y volvió a caer, y la inversión doméstica y extranjera se mantuvo por debajo del resto de Centroamérica. La inflación no creció tanto después de la dolarización, pero es más persistente. “Un sistema cambiario no puede ser la panacea para crecer más. Cuando se quiere crecer, se tienen que hacer mejoras en la competitividad”, afirmó Prat.
Stephanie Seagal, economista del FMI, explicó que los niveles de inversión del país no son muy favorables respecto al resto de Centroamérica y que la razón del bajo crecimiento de la economía reside en los bajos niveles de inversión del país. El FMI recomienda mejorar el clima de inversión, en las áreas de seguridad y educación; mantener la estabilidad macroeconómica, diversificar las fuentes de ingresos externos: reducir la dependencia de las remesas y dinamizar las exportaciones.
Para Carlos Acevedo, presidente del BCR, el trabajo del FMI demuestra que no era el momento para dolarizar la economía en 2001, porque “no se resolvieron aspectos necesarios” durante su implementación. “La dolarización es como un matrimonio. Los matrimonios a veces funcionan y a veces no funcionan (…) en el caso de El Salvador no ha funcionado tan bien”, dijo.
El 1 de enero de 2001 entró en vigor en El Salvador la Ley de Integración Monetaria, permitiendo el curso legal de la divisa estadounidense junto con el colón salvadoreño, aunque inmediatamente los bancos convirtieron todas las cuentas al dólar y lentamente se retiró el colón, que al cabo de dos años ya no circulaba. Acevedo destacó que en 2001 “no se resolvieron otros aspectos necesarios” como “las inversiones en el capital humano que necesita una economía dolarizada”. Aún así, a su juicio, “un cambio traería más costos que beneficios”. El economista del FMI Jordi Prat reconoció que tenía que haberse fortalecido fiscalmente al país y aumentado la competitividad, cosa difícil después de la dolarización.
Para Acevedo, ciertas cosas no encajan en una dolarización ordenada: poco antes de cambiar la moneda nacional por el dólar el país había emitido colones, moneda que nunca salió del BCR. “El hecho que se haya mandado a hacer esa nueva emisión de billetes que nunca se utilizó me hace pensar que hubo mucha improvisación”, dice. Otro de los aspectos que lo hace pensar que la dolarización se hizo a la carrera fue el hecho que el BCR tuvo que endeudarse fuertemente y sigue endeudado. Previo a la dolarización el país tenía alrededor de $2,000 millones en reservas, pero al entrar en el proceso de transición de la moneda, entre $500 millones y $600 millones se utilizaron para retirar los colones. Para el encaje legal, ahora las reservas de liquidez, se necesitaron entre $1,500 millones y $1,600 millones; “sólo eso limpió las reservas del país”, dice. “El BCR compraba los dólares, metía colones, pero luego para que no hubiera inflación retiraba otra vez los colones, esterilizándolos. Había como $600 millones que también tenían que ser dolarizados y … no alcanzaban los dólares que El Salvador tenía”.
La dolarización dejó sin reservas de moneda al país. Si el país tiene problemas de liquidez, el BCR no puede actuar, y El Salvador debe defenderse con préstamos externos. “No estoy diciendo que hay que desdolarizar, pero ciertamente el compromiso del Gobierno de mantener la dolarización no tiene que decir que tengamos que cerrar los ojos ante las deficiencias con que se ha dolarizado en El Salvador”, dijo Acevedo, aclarando que el gobierno mantendrá el sistema cambiario porque modificarlo traería más problemas que beneficios.
Mauricio Choussy, director de Fitch Ratings para Centroamérica, coincidió con Acevedo y afirmó que la dolarización no era necesaria, aunque desdolarizar u optar por el bimonetarismo implicaría una crisis bancaria.
En 2008, El Salvador ocupó el octavo lugar entre los países en que las remesas son un porcentaje importante de su PIB. Cuando se dolarizó, la inflación andaba por el 20%, cifra que el FMI no considera problemática. Un desastre natural cuesta 3.6% del PIB. El gobierno debería guardar esta cantidad para enfrentar la emergencia. La economía es menos volátil, no por la dolarización: los choques, como terremotos o inundaciones, se volvieron menos frecuentes. Los intereses bajaron porque, al dolarizar, los bancos ya no necesitaban tasas altas.
This has been Kathleen March with WERU’s US-EL Salvador Report. This week’s report was on the dollarization of Salvadoran currency. The report was prepared by the University of Maine in collaboration with Radio Sumpul in El Salvador and US-EL Salvador Sister Cities.