Producer/Host: Kathleen March
Transcript:
This is Kathleen March with WERU’s US-El Salvador Report. The topic this week is the threat of contamination from Guatemalan mining. The report has been prepared by the University of Maine in collaboration with Radio Sumpul and US-El Salvador Sister Cities.
La deforestación, la contaminación de ríos y lagos, las prácticas agrícolas, el uso de agroquímicos, incendios, la tala ilegal y la pesca excesiva preocupan a ambientalistas y autoridades de Guatemala. “La región sudeste es la más deforestada”, observa Julio Castro, del Consejo Nacional de Áreas Protegidas. Añade: “La pesca indiscriminada en el lago de Güija, que comparten El Salvador y Guatemala, las construcciones ilícitas a su alrededor, y también como la cacería y deforestación son los asuntos que nosotros más hemos vigilado, sin que hasta ahora hayamos podido frenar el deterioro”.
La Reserva de la Biosfera Trifinio Fraternidad, declarada como tal en junio de 2011 por la ONU, mide 1.500 kilómetros cuadrados, ocupando ocho municipios salvadoreños, dos hondureños y dos guatemaltecos. Esta parte central de la Región Trifinio es la primera reserva de biosfera trinacional de América Central. Hay muchas especies de animales como el puma, el mono araña, el tucán y el jaguar, y árboles como el roble y el laurel. El río Lempa cruza los tres países y desemboca en el Pacífico; nace en el centro de la reserva y suministra agua a millones de personas. El área está en riesgo porque las actividades humanas afectan el ecosistema. La preocupación principal es la mina Cerro Blanco, en el departamento guatemalteco de Jutiapa, de donde se piensa extraer oro y plata a partir de 2013, con la amenaza a la salud de los químicos tóxicos.
El vicepresidente salvadoreño, Salvador Sánchez, acusó a Guatemala de contaminar aguas trinacionales por la explotación minera; amenazó con demandar al país si no toma medidas. “Hay pruebas científicas de la contaminación; no estamos exagerando”, dijo la activista Berta Medrano, del grupo salvadoreño Gaia, a quien le preocupa la degradación del Lempa. “Por eso hemos insistido en que se eleve al grado de las cancillerías y de los presidentes este asunto, porque los procesos productivos de los países no pueden poner en peligro las vidas humanas de otros estados ni del propio”.
No son los únicos temas preocupantes. “La deforestación acelerada por el cambio de uso del suelo para la ganadería y la agricultura extensiva, el uso indiscriminado de agroquímicos que causan contaminación del agua, la quema y los incendios forestales son amenazas constantes”, explica Medrano. Según el Programa de Reducción de Emisiones por la Deforestación y Degradación de Bosques en América Central y República Dominicana, más de 285.000 hectáreas de árboles desaparecen anualmente en la zona, según más de un estudio. “Para 2100 se podría esperar la pérdida de la tercera parte de los bosques existentes en 2005 y hasta 80 por ciento de pastizales, sabanas y arbustos, mientras que el área agropecuaria crecería hasta 50 por ciento”, es el balance de un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
La situación requiere respuestas urgentes de los gobiernos y de la población. La organización de Medrano promueve la educación ambiental, la productividad y el desarrollo sostenible. Afirma ella: “A nivel de gobiernos debería armonizarse los marcos legales ambientales para facilitar la consolidación de la reserva. Otro gran tema que tenemos que trabajar es la reconversión productiva para volver sostenible la agricultura tradicional”. Añade que hay que fortalecer la plataforma trinacional y el desarrollo de mercados de consumo local sostenibles, porque la región podría perder la categoría de biosfera.
Ángel Ibarra, de la ONG Unidad Ecológica Salvadoreña, repite las preocupaciones de Medrano sobre la Reserva, aunque considera que El Salvador puede sufrir más. Dice: “Los problemas derivados de la contaminación, deforestación y mal uso del territorio son similares en los tres países, sin embargo, por estar en la cuenca baja del Lempa, es El Salvador quien puede resultar más afectado”. Ibarra cree que las mayores amenazas provienen de la explotación minera, de la que afirma que la “mayor permisividad está en Guatemala y Honduras, lo cual debería motivar distintas acciones para mejorar la calidad de vida de la población”.
En Guatemala hay preocupación por lo que hace la industria extractiva. Raúl Maas, del Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente de la Universidad Rafael Landívar, afirma que “las apuestas del gobierno guatemalteco van en la línea con promover crecimiento económico para generar recursos que mantengan viva la economía nacional”…”Pero no hay equilibrio ambiental. De cada 100 quetzales que se generan del producto interno bruto, apenas 60 centavos se invierten en la protección de los sistemas naturales”. Maas cree que la minería de metales preciosos no debería permitirse en Guatemala porque para el país el balance es más negativo, que el beneficio económico.
This has been Kathleen March with WERU’s US-El Salvador Report. The topic this week was the threat of contamination from Guatemalan mining. The report was prepared by the University of Maine in collaboration with Radio Sumpul and US-El Salvador Sister Cities.