Producer/Host: Kathleen March, University of Maine
Transcript:
This is Kathleen March. Our WERU US-El Salvador Report this week is on the recent commemoration by indigenous people in El Salvador of the Matanza or slaughter of about 30,000 peasants that took place in January 1932. The report is produced by the University of Maine in collaboration with Radio Sumpul in El Salvador and US-El Salvador Sister Cities.
La semana pasada los indígenas de El Salvador conmemoraron la masacre de 1932 en el municipio de Izalco. En esas fechas fueron asesinados aproximadamente 30 mil campesinos e indígenas durante la insurrección popular. Se sublevó el pueblo empobrecido bajo la dictadura del General Maximiliano Hernández Martínez, protestando contra la distribución desigual de las tierras y otros bienes. Como represalia, el dictador reaccionó con una de las peores agresiones del continente el 22 de enero. Según uno de los guías espirituales, “Después de esta masacre la comunidad indígena se redujo considerablemente en el país, muchos de ellos cambiaron sus hábitos por temor a ser asesinados y muchas costumbres se fueron dejando en el olvido”.
78 años después, en el lugar que se llama El Llanito, se hizo una ceremonia indígena para “rendirles tributo a todos los caídos que murieron inocentemente”. En este sitio están sepultadas muchas víctimas de la masacre. “Naja nusan matiguagua su 1932 matachiwa” declararon en el idioma Nahuat algunos sacerdotes indígenas. Esta frase significa: Nunca olvidaremos a los mártires de 1932.
El Concejo Coordinador Indígena Salvadoreño (CCNIS) y la Fundación Ama coordinaron estos actos conmemorativos del 22 y 23 de enero en Izalco, y pidieron que el estado salvadoreño “repare los daños de este crimen” de hace varias décadas. Roberto Alvarado, Alcalde de Izalco, exigió que el gobierno les pidiera perdón a los indígenas y los ayudara a mejorar sus condiciones de vida.
Dijo Betty Pérez, una mujer indígena de CCNIS: “Desde hace años venimos luchando para que el estado salvadoreño reconozca la existencia de los pueblos indígenas en el país a través de una reforma constitucional, y también para que se ratifiquen acuerdos internacionales y nuestros derechos sean promovidos y respetados”. Y añadió “que se trabajen políticas públicas del nuevo gobierno para que éstas vengan a resarcir los daños que durante años el sistema capitalista ha venido efectuando contra los pueblos indígenas”.
Las peticiones se hicieron durante la ceremonia indígena en el que se emplearon el caracol ancestral y el fuego sagrado. El Procurador Para la Defensa de los Derechos Humanos, Oscar Luna, también ha expresado su apoyo y solidaridad “con la lucha que han venido emprendiendo las comunidades indígenas en favor de sus legítimos derechos constitucionales”. Luna opina que la población indígena en este país es fuerte y que por esa razón merece el apoyo y reconocimiento de sus derechos”. Una de las organizaciones participantes de la conmemoración fue El Colectivo de Comunicadores y Estudiantes Roque Dalton, que afirmó que aun hoy “persisten incrementadas las causas del levantamiento indígena del 32″, y que “la historia nos exige recordar y replantear la lucha, y en este contexto complejo que vive El Salvador”.
La Matanza, que tuvo lugar en el oeste del país, venía fraguándose desde los años 20 debido a la desigualdad social y la fuerte caída del precio del café, producto de suma importancia para El Salvador. Los militares, bajo Hernández Martínez, organizaron un golpe de estado en 1931. Los rebeldes, el partido comunista, Augusto Farabundo Martí y muchos indios pipiles fueron asesinados por el ejército después de haber sido invitados a un diálogo en una plaza pública. En el 32, se calculaba que los indígenas representaban un 20% de la población de El Salvador; en la actualidad, se calcula que son del 5 al 10%, la mayoría de los cuales son de origen náhuat y lenca.
This is Kathleen March. Our WERU US-El Salvador Report this week has been on the recent commemoration by indigenous people in El Salvador of the Matanza or slaughter of about 30,000 peasants that took place in January 1932. The report was produced by the University of Maine in collaboration with Radio Sumpul in El Salvador and US-El Salvador Sister Cities.
This is Kathleen March. Our WERU US-El Salvador Report this week is on the recent commemoration by indigenous people in El Salvador of the Matanza or slaughter of about 30,000 peasants that took place in January 1932. The report is produced by the University of Maine in collaboration with Radio Sumpul in El Salvador and US-El Salvador Sister Cities. La semana pasada los indígenas de El Salvador conmemoraron la masacre de 1932 en el municipio de Izalco. En esas fechas fueron asesinados aproximadamente 30 mil campesinos e indígenas durante la insurrección popular. Se sublevó el pueblo empobrecido bajo la dictadura del General Maximiliano Hernández Martínez, protestando contra la distribución desigual de las tierras y otros bienes. Como represalia, el dictador reaccionó con una de las peores agresiones del continente el 22 de enero. Según uno de los guías espirituales, “Después de esta masacre la comunidad indígena se redujo considerablemente en el país, muchos de ellos cambiaron sus hábitos por temor a ser asesinados y muchas costumbres se fueron dejando en el olvido”. 78 años después, en el lugar que se llama El Llanito, se hizo una ceremonia indígena para “rendirles tributo a todos los caídos que murieron inocentemente”. En este sitio están sepultadas muchas víctimas de la masacre. “Naja nusan matiguagua su 1932 matachiwa” declararon en el idioma Nahuat algunos sacerdotes indígenas. Esta frase significa: Nunca olvidaremos a los mártires de 1932. El Concejo Coordinador Indígena Salvadoreño (CCNIS) y la Fundación Ama coordinaron estos actos conmemorativos del 22 y 23 de enero en Izalco, y pidieron que el estado salvadoreño “repare los daños de este crimen” de hace varias décadas. Roberto Alvarado, Alcalde de Izalco, exigió que el gobierno les pidiera perdón a los indígenas y los ayudara a mejorar sus condiciones de vida. Dijo Betty Pérez, una mujer indígena de CCNIS: “Desde hace años venimos luchando para que el estado salvadoreño reconozca la existencia de los pueblos indígenas en el país a través de una reforma constitucional, y también para que se ratifiquen acuerdos internacionales y nuestros derechos sean promovidos y respetados”. Y añadió “que se trabajen políticas públicas del nuevo gobierno para que éstas vengan a resarcir los daños que durante años el sistema capitalista ha venido efectuando contra los pueblos indígenas”. Las peticiones se hicieron durante la ceremonia indígena en el que se emplearon el caracol ancestral y el fuego sagrado. El Procurador Para la Defensa de los Derechos Humanos, Oscar Luna, también ha expresado su apoyo y solidaridad “con la lucha que han venido emprendiendo las comunidades indígenas en favor de sus legítimos derechos constitucionales”. Luna opina que la población indígena en este país es fuerte y que por esa razón merece el apoyo y reconocimiento de sus derechos”. Una de las organizaciones participantes de la conmemoración fue El Colectivo de Comunicadores y Estudiantes Roque Dalton, que afirmó que aun hoy “persisten incrementadas las causas del levantamiento indígena del 32″, y que “la historia nos exige recordar y replantear la lucha, y en este contexto complejo que vive El Salvador”. La Matanza, que tuvo lugar en el oeste del país, venía fraguándose desde los años 20 debido a la desigualdad social y la fuerte caída del precio del café, producto de suma importancia para El Salvador. Los militares, bajo Hernández Martínez, organizaron un golpe de estado en 1931. Los rebeldes, el partido comunista, Augusto Farabundo Martí y muchos indios pipiles fueron asesinados por el ejército después de haber sido invitados a un diálogo en una plaza pública. En el 32, se calculaba que los indígenas representaban un 20% de la población de El Salvador; en la actualidad, se calcula que son del 5 al 10%, la mayoría de los cuales son de origen náhuat y lenca.This is Kathleen March. Our WERU US-El Salvador Report this week has been on the recent commemoration by indigenous people in El Salvador of the Matanza or slaughter of about 30,000 peasants that took place in January 1932. The report was produced by the University of Maine in collaboration with Radio Sumpul in El Salvador and US-El Salvador Sister Cities.