U.S./El Salvador Report 1/7/12

Producer/Host: Kathleen March

Transcript:

This is Kathleen March with WERU’s US-El Salvador Report. Today our topic is the removal of a mural to peace from the façade of the Cathedral in San Salvador. The report has been prepared by the University of Maine in collaboration with Radio Sumpul and US-El Salvador Sister Cities.
En 1997 el artista Fernando Llort construyó un mural en la Catedral Metropolitana; hace unos días la iglesia católica decidió destruirlo. Llort lamentó que “la obra que pertenecía a todos los salvadoreños la hayan reducido a escombros”. Añadió: “Ese mural le pertenecía a todos y era una expresión de la cultura salvadoreña. Particularmente, siento que la destrucción del mural es una bofetada desesperanzadora para todos los artesanos y artistas nacionales”.
El arquitecto José Roberto Suárez, representante de la empresa que reconstruyó el templo, afirma que técnicamente era imposible que el mural se hubiera dañado. Llort no puede entender por qué la iglesia destruyó sin avisar una obra de arte pública, diciendo “La obra … no era mía ni de la iglesia”.
El Arzobispo de San Salvador, monseñor Luis Escobar Alas, dijo que les gustaría que el artista hiciera una réplica a escala al interior de la catedral. Llort respondió que “esa no es una decisión mía, como tampoco fue en 1997”. Le hizo una solicitud al Arzobispo Escobar Alas: que le dé al país una “explicación seria y coherente, porque los salvadoreños merecen una explicación decente, con sustento técnico y basada en la verdad”. También pide que el suceso sirva para reclamar dignidad para los artesanos y artistas salvadoreños. Por último, quiere que la iglesia le entregue los escombros de la fachada para hacer una obra homenaje que se llamará “Dignidad y Respeto a los Artesanos Salvadoreños”.
En una conferencia de prensa, Escobar Alas estuvo acompañado de Tatiana Molina, técnica de la empresa Servicios Inmobiliarios Molina, a cargo de demoler el mosaico, que medía 16 metros de alto. Molina dijo que el pegamento de muchos azulejos ya había perdido su fuerza. El arquitecto Suárez dijo que eso no era cierto, porque se había usado un adhesivo epóxico, que sirve para pegar concreto y acero. Para Suárez, era imposible que los mosaicos se estuvieran desprendiendo y argumentó que durante los terremotos de 2001 solo se dañaron 12 piezas, más tarde reemplazadas.
En cuanto a la decoloración del mosaico que mencionó la iglesia, tampoco resultó convincente el argumento. Suárez insistió que el proceso de horneado de los ladrillos produjo piezas duras, con una capa impermeable. El color aplicado a cada pieza formaba parte integral con el vitrificado, por lo que la decoloración sería casi inexistente.
El proceso jurídico contra la Iglesia Católica por la destrucción del mosaico, anunciado por Secultura (la Secretaría de la Cultura), no se llevó a cabo. Se busca “una salida consensuada, digna tanto para el artista como para la sociedad y la iglesia”.
El director de Patrimonio Cultural de la Secretaría, Ramón Rivas, dijo que “en el marco jurídico y amparados en la ley, vamos a proceder porque de esta forma no se puede atentar contra el patrimonio de los salvadoreños y no importa que sea la Iglesia Católica, con todo el respeto que se merecen”.
Secultura también hizo eco en la petición del artista al solicitar los restos del mosaico para la realización de otra obra, y se comprometen a colaborar hasta donde sus posibilidades les permitan.
Sobre las declaraciones de Fernando Llort, se solicitó la respuesta del arzobispo, cuya secretaria respondió que el religioso ya se había pronunciado.
Fernando Llort, de una familia de comerciantes catalanes, encontró un pueblo de las montañas, La Palma, e inició un trabajo de estudio de la realidad salvadoreña y su reconstrucción con imágenes. El país experimentaba una transformación. Las viejas manera de pensar eran rechazadas por la nueva generación y Llort, desde La Palma, comunicaba sus ideas a los campesinos. Se podrá cuestionar el valor de su arte, pero no se duda de su amor por su obra.
Vinieron los años de la guerra. Cuando terminó el conflicto, la nueva Catedral de San Salvador fue inaugurada, después de cincuenta años de construcción. A Llort le encargó la Iglesia la decoración de la fachada y el artista diseñó un mural de mosaicos titulado “La armonía de mi pueblo”. Mural que ahora ha sido destruido.
This was Kathleen March with WERU’s US-El Salvador Report. Today’s topic was the removal of a mural to peace from the façade of the Cathedral in San Salvador. The report was prepared by the University of Maine in collaboration with Radio Sumpul and US-El Salvador Sister Cities.

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